Hoy es uno de aquellos días en que todo va bien, buscas cosas que te den altos de felicidad para sobrellevar la rutina del oficio y te topas con información que te hace querer darte un tiro en la cabeza...
La meta que me auto impuse de corregir un capítulo a la semana, antes de retomar la escritura, se fue a pique por culpa del doble turno que hago por reemplazos este verano, éste me tomó más tiempo del que yo creía por las noches y eso, sumado al cansancio físico de trabajar 16 hrs. de corrido de lunes a viernes por todo el mes de Febrero, es algo que definitivamente me superó. Sin embargo, cuando termine esta semana al fin seré libre y tendré que reorganizar mis fechas para recuperar el tiempo... después de todo, mis amigas cercanas siempre dicen: Si invirtieras todo el tiempo que desperdicias en trabajo extra, ese libro saldría mucho antes de lo que proyectas... ¬¬!
Como sea, una de mis fuentes de inspiración es buscar información de escritores jóvenes o de aquellos a quienes les dijeron en alguna ocasión: Ud. no sirve para nada, su trabajo es impublicable, no lo editaríamos ni siquiera para imprimir un diario con el cual pudiera limpiarse el traste si le faltara papel higiénico!!!. Es una forma de subirme el ánimo y me ayuda a creer que yo podría ser una de ellos algún día. Mi fuente de inspiración actual es Verónica Roth, ella escribe muy bien y creo que jamás le arrojaron el manuscrito por la cabeza, también escribe un blog y en él ha dejado registro de sus aciertos, dudas y decisiones, pero de una forma muy divertida en la que te ríes y dices: Cielos!!!, no soy tan friki, ni estoy tan loca!!!.
Hoy decidí ampliar mi fuente y busqué información sobre una contemporánea y chilena, cuyo nombre no revelaré por respeto, y leer una de sus entrevistas, además de escucharla en la radio me hicieron comprender porqué jamás pude terminar de leer su libro que, pese al título prometedor, la narración de la historia se transformó en una tortura para mis ojos y un peso en mi corazón... una oscuridad que se comía toda la felicidad que me daba el sólo leer (aunque creo que después de escuchar sus palabras sobre la vida y su trabajo, ella se sentiría muy complacida con mis palabras). Eso no era lo peor de todo, sino el hecho de que no estaba feliz por haberlo logrado, dijo algo así como: Sí, lo hice y me dio miedo sentir que la satisfacción pudiera durar sólo 5 minutos porque costó menos trabajo de lo que yo creía... (agradezco no haber escuchado esto yo sola, estaba a punto de beberme un vaso de alcohol puro para ahorrarme el sufrimiento).
Lo bueno es que uno de mis personajes se puso de pie, con la seriedad que lo caracteriza, y con una calma que raya en lo psicótico dijo: Creo que, después de oír esto y saber que alguien así logró publicar, tenemos buenas posibilidades de lograrlo y con éxito, considerando la felicidad que estamos incubando en el proceso mismo de creación. Y luego el resto de ellos gritó a coro: Está intentando decirte que tenemos que seguir adelante!!!.
Finalmente encontré ánimos en lo que menos esperaba, y ya que estamos a lunes, sólo quedan cuatro días más para dedicarme a hacer lo que debo :D.
La meta que me auto impuse de corregir un capítulo a la semana, antes de retomar la escritura, se fue a pique por culpa del doble turno que hago por reemplazos este verano, éste me tomó más tiempo del que yo creía por las noches y eso, sumado al cansancio físico de trabajar 16 hrs. de corrido de lunes a viernes por todo el mes de Febrero, es algo que definitivamente me superó. Sin embargo, cuando termine esta semana al fin seré libre y tendré que reorganizar mis fechas para recuperar el tiempo... después de todo, mis amigas cercanas siempre dicen: Si invirtieras todo el tiempo que desperdicias en trabajo extra, ese libro saldría mucho antes de lo que proyectas... ¬¬!
Como sea, una de mis fuentes de inspiración es buscar información de escritores jóvenes o de aquellos a quienes les dijeron en alguna ocasión: Ud. no sirve para nada, su trabajo es impublicable, no lo editaríamos ni siquiera para imprimir un diario con el cual pudiera limpiarse el traste si le faltara papel higiénico!!!. Es una forma de subirme el ánimo y me ayuda a creer que yo podría ser una de ellos algún día. Mi fuente de inspiración actual es Verónica Roth, ella escribe muy bien y creo que jamás le arrojaron el manuscrito por la cabeza, también escribe un blog y en él ha dejado registro de sus aciertos, dudas y decisiones, pero de una forma muy divertida en la que te ríes y dices: Cielos!!!, no soy tan friki, ni estoy tan loca!!!.
Hoy decidí ampliar mi fuente y busqué información sobre una contemporánea y chilena, cuyo nombre no revelaré por respeto, y leer una de sus entrevistas, además de escucharla en la radio me hicieron comprender porqué jamás pude terminar de leer su libro que, pese al título prometedor, la narración de la historia se transformó en una tortura para mis ojos y un peso en mi corazón... una oscuridad que se comía toda la felicidad que me daba el sólo leer (aunque creo que después de escuchar sus palabras sobre la vida y su trabajo, ella se sentiría muy complacida con mis palabras). Eso no era lo peor de todo, sino el hecho de que no estaba feliz por haberlo logrado, dijo algo así como: Sí, lo hice y me dio miedo sentir que la satisfacción pudiera durar sólo 5 minutos porque costó menos trabajo de lo que yo creía... (agradezco no haber escuchado esto yo sola, estaba a punto de beberme un vaso de alcohol puro para ahorrarme el sufrimiento).
Lo bueno es que uno de mis personajes se puso de pie, con la seriedad que lo caracteriza, y con una calma que raya en lo psicótico dijo: Creo que, después de oír esto y saber que alguien así logró publicar, tenemos buenas posibilidades de lograrlo y con éxito, considerando la felicidad que estamos incubando en el proceso mismo de creación. Y luego el resto de ellos gritó a coro: Está intentando decirte que tenemos que seguir adelante!!!.
Finalmente encontré ánimos en lo que menos esperaba, y ya que estamos a lunes, sólo quedan cuatro días más para dedicarme a hacer lo que debo :D.
Amelie