Esta entrada es difícil de escribir porque estoy llena de tantos sentimientos, que pareciera que algunos se superponen... estoy feliz y orgullosa, también melancólica y cansada.
La historia que decidí escribir llegó a mi vida cuando tenía catorce años, estaba en mi habitación, era de tarde y estaba lloviendo, yo veía una película de dibujos animados acurrucada en mi cama. Era una idea simple y nada original, esbocé unas líneas en un cuaderno y la olvidé hasta que en clases de castellano comencé a dibujar un personaje extraño, de piel celeste y cabello blanco. Algunas de mis compañeras que lo vieron dijeron que las marcas que le había hecho en el rostro eran demasiado grandes, sin embargo no las pude quitar, yo sabía que ella era así y que era parte de esa idea que se me había venido unas semanas antes.
En un par de meses se habían integrado otros personajes e incluso había uno enigmático que no sabía qué pintaba en la historia, pero era parte de ella y me gustaba. Creí entonces que había enloquecido, mis personajes se mandaban solos y tomaban sus propias decisiones, yo les había dado forma y una personalidad, por ese mismo motivo no podía exigirles que actuaran de una forma que no iba con su manera de ser. Muchas veces quise que el protagonista dijera algo gracioso, pero nunca lo hizo, él era un tipo serio y misterioso, no decía cosas absurdas, no tenía intenciones de hacer reír a nadie.
Pasaron meses y acabé dos capítulos, llegaron otras historias y otros personajes, pero como también pintaba y cantaba, no podía avanzar en ninguna de ellas como para acabarlas, además que en mi cabeza las tramas se extendían cada vez más hasta un punto que era imposible terminarlas... los conflictos iban y venían mientras yo sólo quería cantar y dibujar... así fue como salí de cuarto medio.
Entré a un pre-univeritario porque cuando di la PSU (Prueba de Seleccion Universitaria), saqué puntaje suficiente para estudiar lo que fuera, pero estudiar canto lírico no era una opción. Ese año acabé dos capítulos más y entré a estudiar Tecnología Médica... durante cinco años dejé de escribir y dibujar, aunque siempre seguí cantando.
Nunca sufrí por no escribir como sí lo hice por no estudiar canto en un conservatorio, de hecho las historias seguían vivas en mi cabeza y eso era suficiente para mi, después de todo nunca había pensado en publicar nada, pero alguien a quién amo me hizo ver que no perdía nada con hacer algo que para mi era natural. Así fue como decidí publicar un libro y empecé avanzar en una historia más corta, pero tampoco funcionó.
Con todo el tiempo del mundo por delante tomé esa historia que siempre me había quitado el sueño desde que tenía catorce, y como siempre fui dispersa y conocida por abandonar las cosas que me son importantes, tracé una planificación de capítulos después de estudiar un montón de libros que hablaban de cómo escribirlos. Fue algo maravilloso porque me di cuenta de que por "instinto" había tomado la iniciativa de hacer muchas cosas que creí podrían ayudarme y me ayudaron!.
La historia que estoy escribiendo abarca tres trilogías (¡nueve libros!) y siempre creí que terminar el primero era lo más difícil, que después de eso el resto se escribiría sólo y creo que es algo así. Acabar el primer libro de toda la novela me llevó a tomar innumerables riesgos que fueron desde pedir un permiso sin sueldo, a buscar otras alternativas de ganarme la vida en algo que me permitiera escribir más. No estoy arrepentida, ahora tengo una rutina diaria de escritura y ya no sé como pasar mis días sin ser yo misma, esa que sonríe y vibra con el arte.
Ayer terminé mi primer libro y la emoción fue gigantesca, ahora queda lo más largo y difícil que es editar, cortar, cortar, cortar y cortar. Después lo mismo pero por mi editora y acceder a cambiar cosas que me encantan o modificar otras que no acaben de convencerme, pero voy con la mente abierta y con el corazón dispuesto, mi trabajo acaba en el terminar el manuscrito y el de mi editora comienza cuando intente darle sentido y coherencia a mis delirios.
Sé con exactitud en que va a acabar el último libro y sé que quienes me sigan van a odiarme cuando terminen de leer esta historia, amo a mis personajes pero ellos van a reír y llorar, van a ganar y perder, y algunos podrían hasta morir... aún así intentaré ser lo más fiel a cada una de sus historias en la medida que pueda. En clases de literatura siempre me enseñaron que lo que se escribe es ficción (siempre), aún cuando el escritor intente apoyar sus escritos en fundamentos irrefutables, porque siempre habrá de fondo un factor subjetivo que dejará marcas en la historia... otra verdad es que todo lo que un escritor deja en sus primeras obras es catársis y me parecer maravilloso haberle puesto punto final a esta historia cuando al fin sané mis propias heridas.
Espero que una vez que sea publicada (declaro que eso será en unos meses (me ha dado resultado el decretar los sueños)), puedan disfrutarla tanto como yo.
Otro sueño cumplido a mi lista, siento que volví al Castillo del Magic Kingdom en Orlando, que otra vez es esa noche de fuegos artificiales y lágrimas, siento que todo ha valido la pena y estoy agradecida... por todo...
Amelie