lunes, 12 de septiembre de 2016

LA PORFÍA ES EL ÚNICO MOTOR QUE CONOZCO

Han pasado tres meses desde la última entrada, y no es que estuviera esperando la noticia feliz para escribir y seguir el patrón de, bajón-felicidad-bajón-felicidad, que mencioné en la entrada anterior.

Bueno, después de todo lo que ha pasado, debo decir que aún no me he rendido. Aunque ya no espero que la editorial en cuestión me dé una respuesta... por lo mismo he intentado volverme creativa y ver qué puedo hacer al respecto. La verdad es que tengo puras ideas ambiciosas, pero no tengo miedo de soñar en grande, así que releí todo el manuscrito e hice algunas pequeñas correcciones, se lo envié a algunos amigos y uno de ellos ha hecho unas observaciones muy acertadas.
La correctora con la que había acordado hacía más de una año, está por tener tiempo libre para intentar transformarla en una historia coherente. Además, también estoy buscando un traductor... intentaré conseguir un agente, al más puro estilo "gringo", también la llevaré a España en algún momento e incluso pensé en Argentina, cualquier lugar en el mundo que tenga más cultura de lectura que Chile.

¿Porqué no quiero publicar en Chile?, porque he conocido de cerca, escritores que tienen al menos 25 libros en el mercado y aún así tienen que trabajar en otra cosa para poder mantenerse. Y no es que yo crea ser la promesa de la escritura en mi país, es sólo que lo que he soñado es dedicarme a eso por entero junto con cantar... quiero que llegue el día en que no sea necesario trabajar en un laboratorio, aunque hasta ahora Dios ha sido tan bueno que me ha permitido vivir estos meses, de un reemplazo que aún sigo haciendo, y que se ha extendido "milagrosamente" mucho más de lo que todos quisieran.

Aunque aún no tengo noticias alucinantes que dar, me siento muy orgullosa de no haberme rendido cuando estaba realmente complicada en todos los sentidos, no sólo en el dinero... emocionalmente estaba agotada y en lo físico también (no he tomado vacaciones en casi dos años); pero con la porfía que me caracteriza, estoy convencida de que todo esto traerá su recompensa al final y esa esperanza es la que me impide rendirme y me obliga a soñar mucho más allá de lo que creí que podría, me hace desear como nunca antes alcanzar mis sueños, porque esta vida es efímera y podría acabar en cualquier momento... por eso quiero vivirla en permanente "sueño".

Creí tiempo atrás que, si a estas alturas no tenía nada, podría conformarme con haberlo intentado y dedicarme a mi oficio con otra actitud, con el temple de alguien que apostó por lo que amaba de forma valiente (Eso es lo que me han dicho mis amigos, que soy valiente), y que llegó mucho más lejos de lo que imaginó... que eso podría bastarme... pero no, no me basta: Quiero que mi libro sea publicado, quiero cantar hasta llorar de la emoción, quiero pintar lienzos llenos de sueños, quiero vivir como lo que soy: Una artista.

Uf!, que desahogo...

Amelie.

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