"Hoy no hablaré de mis escritos, ni
de la publicación de mis libros... hoy usaré el mejor lenguaje que tengo para
hablarte a la distancia, aún sin tener la certeza de que leerás esto... pero
confío en que podría suceder algún día, porque el amor es capaz de atravesar el
tiempo y las distancias, los vacíos y las ausencias... te escribo porque
necesito hacerlo, necesito gritarlo en el silencio de las palabras que se leen,
necesito hacerlo para mí y para ti, si alguna vez lees esto...
Quiero decirte que, a pesar de lo que ha
ocurrido, eres hoy mi mejor amigo, mi amor, la mitad de mi corazón sangrante,
que mis pensamientos son tuyos... que desde que ya no estás aquí, no existen
canciones en mi voz... todo mi ser se ha sumergido en un profundo silencio que
se está llevando el calor de mi cuerpo y de mis manos (me cuesta escribir)...
todo ese arte que era tan natural en mi (como respirar) se ha detenido; debe
ser por eso que a momentos siento que me ahogo, que no puedo tragar ni siquiera
mi propia saliva... que el cielo se vuelve gigante y pesado, siento que ha de
aplastarme en cualquier momento.
No puedo hacer otra cosa más que recordar
cada detalle de la historia que construimos juntos en seis años... no eras en
si mi futuro, pero si la mitad de lo que había proyectado hacia adelante y
ahora eso ya no existe más... no sé qué será de mis días sin sentarme atrás de
ti en una moto, sin sentir la adrenalina de la velocidad mezclado al calor de
tu espalda que tanto amo, sin detenernos en un semáforo y acariciarte el cuello
por detrás hasta hacerte estremecer... no sé cómo resistir mis días sin el
alivio de tus besos cada noche, no sé cómo...
Desearía no haber cometido tantos errores,
desearía haberte sonreído más, sorprenderte y cantarte en las calles,
escribirte como ahora, pero no de mi tristeza sino del gran amor que nos
unía... quisiera que aún fueras mi familia, mi confidente, el que no se
asustaba cuando veía mis lágrimas asomar en mis ojos cuando mi corazón
colapsaba... desearía con todo el amor que siento por ti, que regresaras a mis
brazos... no podría soltarte otra vez... quisiera que el amor fuera suficiente
por esta vez y para siempre, tal como intento plasmarlo en mis libros… que
nuestro amor fuera uno de esos que son eternos, que sobreviven a todo, que
crecen con el tiempo, que trascienden dimensiones y espacios…
Quisiera tener un día más sólo para
contemplarte, para caminar contigo bajo los árboles, para perderme en la
profundidad de tus ojos que se tornan verdes cuando los ilumina el sol…
quisiera poder seguir siendo aquella que siembra sonrisas en tus labios, esas
que te llegan hasta las pestañas cuando me veías aparecer. Daría lo que fuera
porque nuestro tiempo juntos no hubiera llegado a su fin… pero aquí estamos,
extendiendo lo que más se puede nuestra despedida, sufriendo a gotas con tal de
vernos unos minutos de vez en cuando, en esos instantes en que el vacío en
nosotros se vuelve insoportable.
Dicen que todo pasa, incluidas las
personas… que todo se olvida, que el tiempo sana todo, y es posible que sea
cierto, pero yo no sé cuánto deba transcurrir antes de volver a la calma
siquiera, antes de poder volver a dormir toda una noche de corrido, antes de
dejar de buscarte en mis sábanas en las mañanas, de buscarte la espalda en las
noches… antes de que mis manos vuelvan a entibiarse solas, sin las tuyas
rodeándolas… Ojalá hubiera perdido menos el tiempo en nimiedades, ojalá hubiera
disfrutado más cada segundo contigo, ojalá el tiempo pudiera volver atrás para
evitar tantas cosas que ahora veo en mis recuerdos y lamento…
Dicen que no sabemos que sorpresas hay en
el futuro para nosotros, que el tiempo es sabio y luego uno comprende el por
qué ocurren las cosas… ni siquiera puedo imaginar algo así… Siento como si
hubieras muerto, porque no vimos venir el fin… un día me acosté a tu lado y al
siguiente ya no estabas ahí, ocupando ese lugar al que tú mismo dijiste que
pertenecías, al que yo siento que aún perteneces… al que yo pertenezco también…
No hay almohadas que me cobijen como tus brazos, ni esos ronquidos a los que
tanto me acostumbré, a los que me hacían saber el momento exacto en que te
dormías…
No quiero escribir lamentaciones, ya me
han dicho que la vida sigue y no puedo seguir sintiéndome así, pero cuando
decidí vivir como escritora, creando mundos, describiendo personajes y
transcribiendo emociones; decidí hacerlo con honestidad y este es mi lenguaje,
por ahora no puedo escribir sobre alivios y calmas que no siento… sólo puedo
describir mi tormenta, esta que está arrasando todo de mi corazón y me está
dejando vacía… de seguro, en algún momento esto cambiará mientras se calma,
pero ahora es el dolor de mi herida escocida lo que habla y grita… mi voz se
lamenta y mis ojos siembran lágrimas bajo tu ausencia… mi amor se agita y me
golpea reclamando por ti, el eco del palpitar de mi corazón que resuena en el
silencio, no deja de decir que te amo… tanto como ayer… eso no ha cedido ni un
ápice…
Hay una parte de mí que se fue contigo,
que no retornará jamás, esa parte siempre será “amito”…
No sabía que tan profundo era mi corazón,
hasta que te perdí… y ahora que lo conozco, no sé cómo he de llenarlo otra vez…"
Daniela