jueves, 13 de junio de 2019

NEREIDE 2.0: EN LA RECTA FINAL Y CON PORTADA EN MANO

¡¡¡HABEMUS PORTADA DEFINITIVA!!!
Bueno, esta es una de las entradas que siempre soñé con escribir, y al fin se han dado las condiciones para poder hacerlo. Justo ahora estoy disfrutando cada palabra que adorna la pagina en blanco que tengo frente a mi.

Todo este nuevo proceso ha sido maravilloso y lleno de satisfacciones. Debo reconocer que en un principio no estaba muy segura de la decisión que había tomado, arriesgarme a publicar otra vez en Chile, era de por si un estrés con el que no sabía como lidiar. Sin embargo, fue el proceso en sí lo que me devolvió la seguridad sobre el trabajo que estaba realizando en conjunto con Áurea Ediciones.

Lo primero, fueron las correcciones del manuscrito y luego validar los cambios que sugirió el editor, después de eso, vino una corrección ortográfica; y finalmente una nueva corrección sobre la maqueta del libro. En paralelo a todo esto fuimos revisando el avance de la portada, desde que era sólo una lluvia de ideas, hasta definirla e imaginarla con colores.

El arte de la portada siempre me ha parecido un proceso maravilloso y delicado. Como lectora me he topado con portadas muy buenas y libros sosos; con otras hermosas y de contenido espectacular; e incluso algunas simples que no hacen justicia a la historia que aguarda en el interior. En mi caso, yo sólo deseaba que representara a su protagonista, sin embargo, el resultado fue mucho más que eso.

Junto con el editor, decidimos que trabajaríamos con Felipe Montecinos. Ya era admiradora de su trabajo desde antes de integrarme a Áurea Ediciones. Todo el proceso del arte de portada fue más o menos así:

1.- LLUVIA DE IDEAS

Esta fue la primera idea que nos llegó, y aunque la imagen es muy bonita, no lograba transmitir lo que yo quería. La posición del personaje, acuclillada sobre una roca, tampoco era mi favorita a la hora de representar una portada.
Después de darle una vuelta, decidimos que no era la imagen idónea para la historia y su protagonista. Confiando en la capacidad creativa del Ilustrador, quedamos a la espera de otra propuesta.

2.- LA ELECCIÓN


Finalmente recibimos esta otra opción, y con sólo verla supe que era la indicada. Todo lo que había en ella me gustó, que estuviera caminando para salir del agua, su cabello suelto y libre, su mirada penetrante y una sonrisa leve... 

En mi opinión, a este dibujo podrían haberle puesto el título y hubiese quedado perfecta.


3.- LOS AVANCES


Mientras las correcciones en el manuscrito seguían, y finiquitaba algunos asuntos pendientes de mi trabajo regular, me llegó este avance que... ¡Seguía siendo perfectamente hermoso!

Eran los colores base de la paleta, pero aún así, podrían haberle puesto el título y hubiera estado listo para mi. Aunque, faltaban brillos, y parecía una escena más nocturna, dando la sensación de un anochecer o una noche clara.


4.- PRIMER INTENTO



Una semana atrás recibí este regalo por parte de mi editor. El primer pensamiento que tuve fue: ¿Qué pasó? No porque la portada no me pareciera bella, sino porque la intensidad de los colores se había esfumado.

Parecía una portada plana, sin muchos matices y bastante monocromática. Nunca imaginé que mi libro podría ser rosa/lila pálido, y aunque suponía un buen contraste con otros libros de la editorial, no acababa de convencerme. Finalmente optamos por jugarnos el todo y ajustar los colores.


5.- PORTADA DEFINITIVA


Finalmente se hicieron ajustes de color y algunos detalles en el título, dando este maravilloso resultado final.


¡Me encanta! No tengo palabras para describir no sólo la emoción que siento ahora, si no por todo el proceso en si que se ha vuelto algo tangible y real... el editor está esperando el ISBN para poder dar luz verde a la impresión de mi libro.


No recuerdo la primera vez que deseé escribir, pero si cuando decidí hacerlo. Nunca imaginé que esa historia que comencé a descubrir cuando tenía 14 años se transformaría en mi primer libro. Jamás me atreví a desear que mi nombre estuviera en una portada, porque siempre supe que era muy difícil que eso ocurriera; nunca creí que escribir se transformaría en algo tan importante para mi, algo a lo que no pude renunciar a pesar de tener todo en contra.


Como siempre he dicho, Dios tiene buen cuidado de mis sueños, y todo lo que pasó me llevó a donde estoy ahora. Toda la amargura se transformó en miel cálida y satisfactoria. Aún no tengo mi libro en las manos, pero sin duda ese momento también será épico y espectacular, la materialización de un sueño hecho realidad. Algo que de lo que realmente me sentiré orgullosa y plena. 


Muy pronto!

Daniela

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